miércoles, 9 de noviembre de 2011

Alberto Girri: 2 poemas sobre la poesía.

Alberto Girri (Buenos Aires, 1919-1991) fotografía Anatole Saderman.


























A la poesía entendida como una manera de organizar la realidad, no de representarla

Lo que en ella place
place a la índole de las cosas,
inicialmente dirigidas a nadie,
y en esencia visiones,
        y la reflexión
determinando que impulsos, ideas oscuras,
cobren análogo peso, homologadas
en sentencias que otras
sentencias transforman,
        apremiadas
por lo que la poesía exige,
lo que el poema
ha de ofrecer a la vista,
afectar a los sentidos,
        lo que tendrá
de móvil ofrenda
en un mundo estático,
y lo que el paisaje, los millones
de universales gestos piden,
        ser formulados
en tejidos de perenne duración, claros
de diseño, voces modificando
hábitos de conceptos y categorías,
        y atendiendo
a que más allá de la verdad
está el estilo,
perfeccionador de la verdad
porque en sí lleva
la prueba de su existencia.
Escríbela,
        extrae de ese orden
tus objetos reales,
mayor miseria
que morir o la nada
es lo irreal, lo real sin objetos.  


    Que la finalidad
sea provocar el sentimiento
de las palabras,
         y alcanzar
el desafío de la expresión,
perseguir objetos
que se ajustan al sentimiento,
hundirse en objetos
hasta la emoción adecuada,
         está probado,
y tanto, probado y probado,
como no lo está
el que en esos tránsitos
la tendencia madre sea
por dónde va la inspiración,
         «si en frío o en caliente»,
y no lo está
que haya que seguir a Homero
entre las Musas, su rogar que lo asistan,
         y a Platón
saludando hermosos versos
más en mediocres pero iluminados
que en sagaces y hábiles exclusivamente
al amparo de sus propias fuerzas,
         y a Dante, el reclamar
la intervención de dioses
acaso sin creer en ellos:
         O buono Apollo, all'ultimo lavoro
fammi del tuo valor...
Pero tampoco ninguna
terminante prueba hacia lo opuesto,
         que el poema
se conduzca en la mente como un
experimento en una ciencia natural,
         y que la aptitud
combinatoria de la mente sea
la solo inspiración reconocible.

 
Alberto Girri (Buenos Aires, 1919-1991) Poeta, ensayista, traductor.  A partir de 1945 cuando publica Playa Sola, en el que se advierten ciertos puntos de contacto con la Generación del Cuarenta, Alberto Girri, inicia un viaje en dirección contraria y en opinión de Guillermo Sucre sostiene un profundo debate “con la poesía y por supuesto, con su propia poesía. Este debate encierra una ironía al criticar el lenguaje.” Sobre su obra expresó Octavio Paz “La lectura de los poemas de A.G. me enriqueció, me abrió nuevas puertas y me  mostró que la oscuridad también es luminosa, que la sequedad es también humedad espiritual.”
Girri es el autor de una veintena de volúmenes de poesía, y de  dos libros fundamentales para comprender su poética y el rigor vital con que pensó su oficio,  Diario de un libro (1972) y El motivo es el poema (1976). Asimismo tradujo a varios autores en lengua inglesa.